martes, 16 de marzo de 2010

Soy la voz que vive lejos ....

El pasado fin de semana en medio de un congreso de Filosofía para Niños, la vida nuevamente me sorprendió a través de un estupendo Coro de Cercedilla, quienes entonaron hummmm una canción de mi querida tierra boliviana, mi asombro fue que a medida que la entonaban mi corazón se iba acelerando cada vez más y más, las lágrimas cayeron a borbotones, sin darme cuenta otra vez estaba en medio de las calles de La Paz, en medio de la cotidianidad paceña .... fue cuando una "amiga" me dijo: "pero todavía te afecta esto" ..... le sonreí ... y le dije: esto me "afectará el resto de mi vida"....
Esta situación me hizo pensar, que lo que nos une a los "extranjeros" sea cual sea nuestra nacionalidad, es justamente éste sentimientos de añoranza, el tener que aprender "un nuevo idioma" incluso sabiendo que nuestra lengua materna es el español, tuvimos que aprender que a las papas se dicen patatas, a las gradas escalones, que las empanadas están rellenas de bonito y no de queso, sentir temor de ver a policías porque aún no teníamos nuestros papeles de residencia, sentir especialmente el primer año que nuestra identidad se quebranta porque no nos sentimos ni de aquí ni de allá, sentir muchas frustración de no poder ejercer nuestra profesión hasta que no homologuemos las mismas (que ojo estoy de acuerdo en este papeleo, en lo que no estoy de acuerdo es que se hace tan pero tan pesado este trámite en tiempo y en costos que desespera) .......en fin nos tocó aprender nuevas costumbres, hacernos parte de una nueva cultura, en mi caso particular cada día me siento más integrada, supongo que me ayuda bastante el estar casada con un chico español, siento que él también se enriquece por el intercambio cultural, muchas veces me dice: " uyyy ya hablo en boliviano".
Lo cierto es que a pesar de que hay momentos muy delicados en este cambio, me doy cuenta que, es cuando uno sale de su país de su espacio seguro, cuando uno aprende más de la vida, abre los ojos a nuevos conocimientos, a nuevas culturas, a conocerlas.
Creo que uno aprende en el día a día a ser más tolerante al iniciar la aventura de dejar una vida atrás, bueno de seguir tejiéndola desde otras vivencias, desde otras perspectivas....


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