miércoles, 2 de junio de 2010

¿Qué despierta nuestra conciencia?

Llevo cinco días en casa desde el viaje, y debo confesar que siento más todo, algo así como si sintiera a flor de piel todo el tiempo, lo primero que hizo agudizar mi oído el acento, tenemos una particularidad al momento de expresar nuestra alegría, enfado, etc, palabras como:

“pucha ché” = que a la traducción sería algo así como: ¡qué rabia!
“qué macana” = que a la traducción sería algo así como: “algo salio mal”
“rebajáme pues caserita” = que a la traducción sería algo así como: regatear el precio, que hábilmente el/la vendedora suben sabiendo que el comprador casi por regla general pedirá un descuento.
“¿cómo esta tu petizo?” = que a la traducción sería algo así como: ¿Cómo esta tu hijo menor o tu hijo más pequeño”.
“¿qué tal la pega?” = que a la traducción sería algo así como: ¿Cómo está tu trabajo?
“¿no hay yapita?” = que a la traducción sería algo así como: ¿No hay aumento?, éste término se utiliza especialmente cuando se compra algún alimento.

Ayer, decidí darme un paseo por todo el tronco central de la ciudad de La Paz, hummm me sentí como un pez en el agua, empecé a sonreír sin más, es entonces que mi vista empezó a agudizar su perspectiva me encontré en el camino, cambios en la ciudad, los jardines me impresionaron, la nueva cara del Mercado Lanza, la prolongación del atrio de la Universidad Mayor de San Andrés, las vistas impresionantes del cerro Laikakota…. ¡ Qué regalo par mis ojos y corazón ¡

Luego pasé a saludar a mis antiguos compañeros de trabajo, además del jefe claro, ufff, otra vez sentí como la amistad, el recuerdo pueden ser temas interminables. También con la confianza de años de amistad me dijeron sorprendidos: “en este tiempo no has perdido tu acento, sigues siendo la misma”, cuestión errónea a medias, desde luego dentro de mi vocabulario incorporé términos españoles, pero el acento como tal no, las “Z”, o las “G”, o “J”, desde luego que no, ¿qué si sigo siendo la misma?, tampoco, hay cambios de forma y de fondo.

Pienso que verme a través del espejo de mi propia gente, de mi ciudad, del acento, de los recuerdos, de los sabores y aromas, etc, todo en su conjunto han hecho que mi conciencia vuelva a ver situaciones a veces sobreentendidas.

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